Si estás planeando un viaje a la capital italiana quizá te estés preguntando si merece la pena visitar el Castillo de Sant’Angelo en Roma. Por eso, en este artículo intentaré disipar tus dudas y contarte lo que puedes esperar ver dentro del castillo.
Yo pude visitar el Castillo de Sant’Angelo durante mi escapada sola a Roma en enero de 2023. Era uno de los lugares que tenía pendientes, así que lo puse en mi recorrido en uno de mis días en la ciudad junto al Vaticano. Pasé unas horas recorriéndolo y ahora te cuento cómo puedes organizar tú también la visita a este enclave tan emblemático.
¿Vale la pena visitar el Castillo de Sant’Angelo en Roma?
¿Estás planeando un viaje a la Ciudad Eterna? Si es así, es posible que hayas oído hablar del Castillo de Sant’Angelo, pero, ¿es una atracción que merezca la pena? Todo depende de tus intereses y del tiempo del que dispongas.
El mayor atractivo del Castillo de Sant’Angelo es su importancia histórica. A lo largo de su dilatada historia, el castillo ha sido mausoleo del emperador Adriano, fortaleza de los papas y prisión. Desde el castillo disfrutarás de unas vistas espectaculares de Roma y el Vaticano y en su interior podrás explorar numerosas salas históricas, algunas muy bonitas, que muestran ese pasado del castillo.
En última instancia, si merece o no la pena visitar el Castillo de Sant’Angelo dependerá de tus prioridades. Si te interesa la historia de Roma o si vas a pasar unos cuantos días en la capital italiana, sin duda merece la pena tenerlo en cuenta y hacer una visita. Puedes visitarlo el mismo día que vayas al Vaticano (por cercanía), como lo hice yo. Ahora bien, si apenas tienes un par de días para visitar Roma y es tu primera vez en la ciudad, quizá me decantaría por ir a otros lugares más conocidos, como el Coliseo y todo el centro histórico (Fontana di Trevi, Panteón, etc.), antes que por ir al castillo.
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Cómo visitar el Castillo de Sant’Angelo en Roma
El Castillo de Sant Angelo está situado cerca de la Ciudad del Vaticano, por lo que se puede combinar fácilmente una visita a ambas atracciones turísticas. Si éste es tu plan, mi recomendación es que vayas al Vaticano a primera hora para ver los Museos Vaticanos y la Basílica de San Pedro y, ya por la tarde, visitar el castillo.
Para que no se te haga muy tarde, revisa antes los horarios de cierre, que pueden variar a lo largo del año. Te aconsejo también comprar tu entrada con antelación, especialmente si vas a viajar en temporada alta, cuando hay una gran demanda en todas las atracciones turísticas y se forman muchas colas. A continuación te dejo información sobre todo ello.
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Castillo de Sant’Angelo: entradas
Para visitar el Castillo de Sant Angelo por dentro vas a tener que comprar entrada. Ésta cuesta 12 euros y se puede conseguir directamente en la taquilla del monumento o comprándola con antelación en la web oficial (+1€ de gestión). Al contrario que en otros monumentos, no tendrás que indicar la hora en la que quieres entrar, sino que puedes hacerlo cuando quieras a lo largo del día seleccionado.
Si eres ciudadana de la Unión Europea y tienes entre 18 y 25 años puedes beneficiarte de la entrada reducida (solo pagarás 3 euros), mientras que el acceso es gratuito para menores de 18 años. El primer domingo de mes la entrada es gratuita para todo el mundo.
En caso de que no hayas planificado la visita con suficiente antelación o por lo que sea no queden tickets en la web oficial, también puedes conseguir tu entrada sin colas en otras agencias online desde 22 euros.
En las diferentes estancias del castillo hay carteles explicativos en italiano e inglés sobre la historia, pero ten en cuenta que no hay audioguías. Por tanto, si no hablas idiomas y quieres conocer bien todos los detalles, puedes optar por hacer una visita guiada al Castillo de Sant’Angelo. Existen tours en español que te incluyen la entrada al recinto y un tour con un guía que te explicará todas las curiosidades de la historia de este peculiar monumento.
Horarios de apertura del Castillo de Sant’Angelo
Para que puedas visitar el Castillo de Sant’Angelo con tiempo suficiente, mi consejo es que no dejes la visita para ultimísima hora. Este monumento está abierto de martes a domingo desde las 09:00 hasta las 19:30, aunque debes tener en cuenta que el cierre de la taquilla y la última admisión son a las 18:30. Así pues, intenta llegar al menos un poquito antes para que no te cierre y poder recorrer todas las estancias con cierta calma. Los lunes está cerrado, así como en Navidad y el 1 de mayo.
Cómo llegar al Castillo de Sant Angelo
Llegar al castillo es sencillo, ya que hay varias opciones de transporte público disponibles, como el metro o el autobús. Las paradas de metro más cercanas son Ottaviano y Lepanto, de la línea A (conecta con lugares como la Piazza Spagna o la estación de Termini). Mientras, los autobuses de las líneas 23, 40, 62 y 280 tienen parada al costado del castillo. Además, el autobús turístico también tiene parada junto al castillo.
En caso de que prefieras caminar, podrás llegar al castillo desde el Vaticano a través de la Via della Conciliazione. También está a poca distancia de otros monumentos de renombre como la Plaza Navona y el Panteón, al otro lado del río Tíber. No tienes más que cruzar el Puente de Sant’Angelo, que es peatonal y muy bonito.
Además, suele incluirse en los free tours que recorren el casco histórico de Roma, así que quizá te interese unirte a uno de ellos, conocer la historia del monumento y, si te apetece después, pasar a visitarlo por dentro.
Breve historia del Castillo de Sant’Angelo
La historia del Castillo de Sant’Angelo se remonta hasta la época romana. En el año 135 d.C. el emperador Adriano mandó construir un imponente mausoleo para él y su familia y unos años más tarde albergaría sus cenizas y las de otros emperadores, como Antonino Pio y Marco Aurelio, y sus familias.
Con el paso del tiempo este edificio no se derribó, sino que su estructura sirvió para construir la fortaleza que vemos hoy en día. El primer paso lo dio el emperador Honorio, quien incluyó este lugar dentro de las murallas aurelianas. Así perdió su carácter fúnebre y se transformó en una ciudadela conocida como el Borgo.
Ya en el siglo XIII el papa Nicolás III construye el Passetto di Borgo, también conocido como corredor del Borgo, un pasadizo elevado que conecta el Castillo Sant Angelo con el Vaticano y que aún puedes ver hoy en día fuera de la fortaleza (aunque no se puede visitar). Un siglo más tarde, el edificio pasaría a formar parte del Vaticano y se convertiría en palacio papal.
Entre los siglos XV y XVI la antigua fortaleza comienza su embellecimiento. Alejandro VI Borgia construye los bastiones y comienza a decorar con frescos las estancias, aunque no ha llegado nada de su época hasta nuestros días. Lo que sí ha perdurado han sido las decoraciones y reformas de Julio II (por ejemplo, la logia) y Pablo III (la Sala Paolina).
En 1870 el edificio deja de pertenecer a los papas y pasa a manos del nuevo estado italiano tras la unificación, convirtiéndose en prisión. Más tarde, a comienzos del siglo XX abrió sus puertas como Museo Militar, y ya finalmente en 1925 fue declarado Museo Nacional del Castillo de Sant’Angelo.
El Castillo de Sant’Angelo por dentro: qué ver
Una vez llegues al Castillo Sant Angelo, hazte con un mapa. Los tienes en la oficina de entrada en inglés e italiano si no me equivoco. Este pequeño folleto contiene información sobre los acontecimientos importantes de la historia de la fortaleza-palacio y los puntos de interés marcados, así como las direcciones para saber cómo seguir el itinerario por todo el recinto.
Hay 6 niveles diferentes, comenzando en la planta 0 y subiendo hasta la cuarta, donde está la terraza panorámica, para bajar después hasta el nivel de los bastiones defensivos y la muralla. A lo largo del recorrido podrás contemplar Roma desde las alturas, visitar salas decoradas con bonitos frescos que en su día fueron estancias papales e incluso hacer una pausa en la cafetería con terraza al aire libre y bonitas vistas al Vaticano.
Mole de Adriano
El itinerario por el Castillo de Sant’Angelo se inicia desde la entrada principal, frente al puente. Deberás ir hacia la izquierda bordeando el perímetro del edificio principal, que es lo que en su día fue el mausoleo del emperador Adriano. Tras dar la vuelta completa entrarás al edificio y comenzarás a asecender por la rampa helicoidal hasta llegar a la Sala de las Urnas.
Estancias papales
Al final de la subida llegarás al nivel 1, donde se encuentra el Patio del Ángel. Se llama así por la escultura del arcángel San Miguel que verás en el centro, obra de Raffaello da Montelupo. Desde aquí puedes visitar varias salas que acogen una exposición con la historia del castillo y las primeras salas de lo que fue el castillo en la época en que fue residencia papal. De ellas destaca la Sala de Apolo, decorada con frescos del mismo artista en época del papa Pablo III.
Cuando subas al nivel 2 podrás ver la armería, salas dedicadas a diferentes exposiciones temporales. Allí está también la cafetería y su terraza, donde puedes tomarte algo con vistas a la cúpula de San Pedro en el Vaticano. Eso sí, al estar en un lugar privilegiado como éste es algo caro.
Después puedes subir al nivel 3, donde te encontrarás con algunas de las salas más espectaculares de la fortaleza. Allí se encuentran la Biblioteca con la Sala del Tesoro, donde se cree que estuvo la verdadera sepultura de Adriano, las salas de los Festones y del Adrianeo y la habitación conocida como Cagliostra, que formó parte de las estancias en la época en la que el castillo fue prisión y toma su nombre del encarcelamiento del conde di Cagliostro en 1789.
Terraza del Castillo de Sant Angelo
Desde la planta tercera puedes subir hasta lo más alto del Castillo de Sant’Angelo: la terraza. Aquí podrás contemplar más de cerca la estatua del ángel que corona la fortaleza, obra de Peter Anton von Verschaffelt. Además, tendrás vistas a la ciudad de Roma y el río Tíber, así que tómate tu tiempo para disfrutarlas.
Descenso y bastiones
Desde la terraza, sigue el recorrido, ahora en sentido descendente, hacia el nivel 2 de nuevo. Llegarás hasta la bonita Sala Paolina, la más impresionante de todas las que ver en el Castillo de Sant’Angelo. Se trata de la sala de entretenimiento de los apartamentos del papa Pablo III, donde recibía a sus invitados. Fue decorada con frescos de Perin del Verga con imágenes de la vida de Alejandro Magno, en referencia al nombre del papa, Alessandro Farnese.
Desde allí accederás a la Logia de Julio II, un espacio de paseo con vistas al centro de la ciudad, y posteriormente podrás bajar hasta el nivel de los bastiones. Allí recorrerás los cuatro bastiones, que tienen el nombre de los cuatro evangelistas (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan) y caminarás por las murallas para finalmente bajar al nivel 0 y terminar tu visita saliendo por la misma puerta de entrada al castillo.
Espero que este post te ayude a conocer un poco mejor el Castillo de Sant’Angelo en Roma y decidir si vale la pena visitarlo o no. Como te decía, depende de tí, de tus intereses y el tiempo que tengas para visitar la capital italiana. Yo lo conocí en mi segundo viaje a la ciudad y me gustó, y es que es un lugar con una mezcla curiosa entre palacio, arte, fortaleza e historia romana.
Este artículo forma parte de las guías para viajar sola a Italia y viajar sola a Roma
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