Es conocida internacionalmente por su Festival de la Canción y por ser uno de los principales destinos turísticos del litoral chileno. Pasé por allí durante mi viaje por Sudamérica, visitándola desde la vecina Valparaíso, y hoy te traigo una pequeña guía para que la conozcas. Si planeas viajar por el centro de Chile, aquí tienes varias cosas que hacer en Viña del Mar para aprovechar un día muy completo.
Muchos chilenos y extranjeros veranean en esta ciudad costera, así que allí nunca faltan los planes. Desde pasear por sus playas a conocer sus museos y puntos de interés cultural, seguro que no te vas a aburrir. A continuación te contaré qué ver en Viña del Mar, y también cómo puedes llegar hasta allí, tanto por tu cuenta como en excursión. ¡Vamos a ello!
Qué hacer en Viña del Mar
Viña del Mar, conocida como la Ciudad Jardín, nació oficialmente en 1874, aunque su desarrollo comenzó algunos años antes cuando se fusionaron los terrenos de dos haciendas: Viña del Mar y Las Siete Hermanas. La llegada del ferrocarril entre Santiago y Valparaíso impulsó enormemente su crecimiento, convirtiéndola en un destino de descanso para las élites de la época. A fines del siglo XIX y comienzos del XX se construyeron sus primeras avenidas, jardines y casonas señoriales, así como icónicos edificios como el Casino Municipal y el Palacio Carrasco, que marcaron el carácter elegante y veraniego de la ciudad.
Con el tiempo, Viña del Mar se consolidó como uno de los principales centros turísticos de Chile. Sus playas, parques y arquitectura clásica atrajeron tanto a visitantes nacionales como internacionales, especialmente desde mediados del siglo XX. La ciudad también ganó renombre gracias al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, creado en 1960 y considerado uno de los eventos musicales más importantes de América Latina.
Apenas pasé unas horas recorriendo la ciudad, así que aquí te muestro solo algunas de las cosas más conocidas que puedes hacer. Si tienes más tiempo, seguro que descubres muchos otros lugares para visitar en Viña del Mar que merezcan mucho la pena.
Reloj de Flores
El Reloj de Flores te da la bienvenida a la ciudad y es uno de los símbolos más reconocibles de Viña del Mar. Fue inaugurado en 1962 con motivo del Mundial de Fútbol celebrado en Chile y, desde entonces, se ha mantenido como un ícono turístico de la ciudad. Las plantas se reemplazan varias veces al año para mantener vivos los colores y formar los números y adornos que rodean la esfera, que funciona con precisión.
Castillo Wulff
Siguiendo la avenida de La Marina y bordeando el Cerro Castillo llegarás al Castillo Wulff. Fue construido a comienzos del siglo XX por el empresario alemán Gustavo Wulff y combina estilos arquitectónicos europeos con elementos propios de una casa señorial costera. Su ubicación es espectacular: se alza justo sobre las rocas frente al mar con sus torres, balcones y ventanales. Por ello, es una de las imágenes más icónicas de Viña.
A lo largo de su historia, el Castillo Wulff ha tenido distintos usos, desde residencia privada hasta sede de instituciones culturales. Fue declarado Monumento Nacional en 1995 y, tras varias restauraciones, funciona como un espacio dedicado a exposiciones de arte y patrimonio. Su interior conserva detalles arquitectónicos originales y ventanas panorámicas con vistas privilegiadas al océano.
Castillo Brunet
De un castillo, a otro, y en este caso, en lo alto de Cerro Castillo. El Castillo Brunet, también conocido como Castillo Yarur, fue construido en la década de 1920 por encargo del empresario chileno Narciso Brunet, quien buscaba una residencia veraniega de estilo europeo. El diseño estuvo a cargo del arquitecto francés Alfredo Azancot, responsable también de otros edificios emblemáticos de la Ciudad Jardín. Su arquitectura destaca por una mezcla de estilos neogóticos y medievales, con torres, arcos y detalles ornamentales que le dan una apariencia de castillo sacado de un cuento.
El castillo ha pasado por distintas etapas y propietarios, incluyendo a la influyente familia Yarur, que le dio uno de sus nombres actuales. Durante muchos años fue utilizado como residencia oficial de invitados importantes del Estado y también como espacio para actividades protocolares, gracias a su cercanía con el Palacio Presidencial de Cerro Castillo. Aunque su interior no siempre está abierto al público, su fachada y entorno son parte de los recorridos patrimoniales del sector.
Palacio Vergara
El siguiente punto del recorrido que te propongo es el Palacio Vergara. Fue construido a fines del siglo XIX para ser la residencia de José Francisco Vergara y su esposa, Mercedes Álvares. Su arquitectura de estilo neorrenacentista italiano destaca por la elegancia de sus líneas, la simetría de su fachada y sus amplios salones. El palacio está rodeado por los hermosos Jardines de Vergara, un extenso espacio verde que hoy forma parte del Parque Quinta Vergara, conocido por su abundante vegetación, esculturas y áreas de descanso.
Actualmente, el Palacio Vergara funciona como la sede del Museo de Bellas Artes de Viña del Mar, donde se exhibe una colección que incluye obras de artistas chilenos y europeos, además de exposiciones temporales. Tras los daños sufridos por el terremoto de 2010, el edificio fue sometido a un cuidadoso proceso de restauración que permitió recuperar su esplendor original, manteniendo su valor arquitectónico y su papel como centro cultural. Su entorno incluye el anfiteatro de la Quinta Vergara, famoso por ser el escenario del Festival Internacional de la Canción.
Palacio Rioja
Cruzando el estero por alguno de sus puentes podrás llegar al Palacio Rioja. En este caso fue construido en 1908 por encargo del empresario español Fernando Rioja para ser residencia familiar. Su arquitectura de estilo neoclásico francés destaca por sus líneas simétricas, columnas, balcones y una fachada que contrasta con los jardines que lo rodean. En su interior, el palacio conserva salones decorados con muebles europeos, lámparas de cristal, obras de arte y detalles ornamentales que muestran el lujo con que vivía la élite viñamarina a comienzos del siglo XX.
Hoy en día, el Palacio Rioja alberga el Museo de Artes Decorativas, donde se exhibe una colección de mobiliario, porcelanas, relojes, textiles y objetos finos procedentes de Europa y América. Su entorno incluye un hermoso jardín diseñado al estilo francés.
Museo Fonck
A pocos pasos está el Museo Fonck donde podrás conocer la riqueza arqueológica y etnográfica de Chile. Fundado en 1937, lleva el nombre del médico y naturalista alemán Francisco Fonck, cuyo trabajo investigativo contribuyó a documentar la biodiversidad y las culturas originarias del país. La colección incluye piezas arqueológicas de diversas zonas de Chile, desde el norte andino hasta la Patagonia. Uno de sus mayores atractivos es la colección dedicada a Rapa Nui, considerada una de las más destacadas fuera de la isla.
En su interior se exhiben momias, cerámicas, tejidos, herramientas y una amplia muestra de objetos utilizados por pueblos como los atacameños, mapuches y selknam. En el exterior, el museo posee un verdadero tesoro: un moái original traído desde Rapa Nui en 1951.
Palacio Carrasco
Al lado te encontrarás con el Palacio Carrasco, otro elegante edificio construido entre 1912 y 1914. En este caso, fue encargo del empresario francés Emile François Carrasco y diseñado también por el arquitecto Alfredo Azancot. Su arquitectura de estilo neoclásico francés destaca por la armonía de sus líneas, los balcones ornamentados y una imponente fachada. El edificio originalmente funcionó como residencia familiar, pero con el paso del tiempo fue adquirido por la municipalidad y hoy alberga la Biblioteca Municipal Benjamín Vicuña Mackenna.
Casino de Viña del Mar
Volviendo hacia la costa llegarás al Casino. Fue inaugurado en 1930 siendo uno de los primeros casinos municipales de Chile y rápidamente se convirtió en un referente del entretenimiento y la vida nocturna en la costa central. Su arquitectura original de estilo neoclásico, con columnas, terrazas y elegantes salones, reflejaba el espíritu glamuroso de la época. Hoy, el Casino forma parte del complejo Enjoy Viña del Mar, que incluye hoteles, restaurantes, bares y espacios para espectáculos.
Playas de Viña del Mar
Más allá de su parte histórica y sus lugares pintorescos, Viña del Mar es una ciudad donde el mar está muy presente. Vive de cara al Pacífico y se extiende sobre largas playas de arena que cada verano visitan miles y miles de turistas.
Desde el Casino puedes comenzar a pasear junto al mar y las playas de Viña. Entre las más conocidas están Playa El Sol y Playa Acapulco, que forman un largo tramo junto a la Avenida San Martín y tienen un ambiente animado, con paseos costeros, restaurantes y espacios para tomar el sol; y más hacia el norte, Playa Los Marineros y Playa Reñaca, famosas por su oleaje y su vida nocturna.
Así pues, si te gusta la playa y el tiempo acompaña, no dudes en darte un chapuzón, caminar al aire libre o simplemente tomar el sol. También es un buen lugar para disfrutar del atardecer y encontrarás un largo paseo ajardinado con alguna que otra cafetería para pasar un rato relajado. Otra idea es andar en bicicleta para recorrerlo haciendo algo de deporte.
Dunas de Concón
Por último, si sigues las playas hasta Reñaca, llegarás hasta Concón, otra ciudad playera con edificios enormes de apartamentos. Pero no es para ver esos edificios por los que deberías visitar Concón, sino porque entre todo el hormigón parece que se ha conseguido salvar un pequeño espacio natural.
Se trata de las Dunas de Concón, una montaña de arena de unos 100 metros de altura modelada por el viento y con maravillosas vistas al mar. Por ello se ha convertido en un lugar muy conocido para practicar sandboard, es decir, deslizarse con una tabla por la arena. Si buscas un poco de aventura, puedes tomar un tour con el que te llevan hasta allí para soltar adrenalina bajando por las dunas.
Cómo llegar a Viña del Mar
Viña del Mar es una de las principales ciudades de la zona centro de Chile. Se ubica en la costa del Océano Pacífico, pegada literalmente a Valparaíso, su ciudad vecina. Ambas se sitúan a unos 120 kilómetros de la capital chilena, por lo que podrás ir a Viña del Mar desde Santiago fácilmente.
Durante mi viaje por Sudamérica pasé alrededor de una semana en el centro de Chile, visitando Santiago y Valparaíso. Fue durante los días que pasé en esta última ciudad en los que me decidí a ir hasta Viña del Mar y así conocer algo de este renombrado destino turístico. Lo hice por mi cuenta, tomando un bus y caminando, pero también puedes tomar un tour si te sientes más segura.
Cómo llegar a Viña del Mar por tu cuenta
Llegar a Viña del Mar es bastante sencillo por su situación cerca de Santiago de Chile. Si llegas desde el extranjero o piensas viajar desde cualquier otro punto de Chile, puedes volar a Santiago con varias aerolíneas y, desde allí, ir hacia Viña. Existe una conexión directa desde el mismo aeropuerto de Santiago con Viña del Mar de la compañía Turbus que se demora poco más de hora y media.
Si ya estás en Santiago de Chile, puedes dirigirte a las terminales de Pajaritos o Alameda y, allí, tomar un autobús. Turbus o Pullman son compañías que realizan el trayecto directo y tienen varias salidas diarias.
Otra opción es ir a Viña del Mar desde Valparaíso. Éste fue mi caso y lo que hice fue tomar el transporte público. Como ambas ciudades están pegadas la una con la otra, hay autobuses urbanos que las conectan durante todo el día. Puedes ver los horarios y paradas en Google Maps o preguntar en tu alojamiento para que te indiquen. También existe una línea de metro que llega hasta Viña del Mar.
Excursiones a Viña del Mar
Si no te atreves a ir por tu cuenta, tienes la opción de tomar un tour desde Santiago de Chile en la que visitarás también Valparaíso. De esta forma, te enterarás de todos los secretos de las dos ciudades al ir con guía y conocerás a otros viajeros durante la excursión.
Dónde dormir en Viña del Mar
A la hora de elegir dónde dormir en Viña del Mar, la ciudad ofrece una amplia variedad de opciones que se adaptan a distintos estilos de viaje y presupuestos. En el centro y el sector de Libertad encontrarás hoteles modernos, cercanos a restaurantes, tiendas y áreas comerciales, perfectos si buscas comodidad y buena conexión con el transporte. Mientras, en la Avenida San Martín y el borde costero tienes hoteles con vistas al mar y fácil acceso a las playa, y en Reñaca apart-hoteles, departamentos y alojamientos con terraza o vista al mar, pensados para estancias más largas.
Yo no me quedé a dormir allí porque lo visité en el día desde Valparaíso, pero aquí te dejo un mapa donde puedes revisar qué alojamientos hay disponibles, su ubicación y precios:
Así pues, espero que con este pequeño post te entren ganas de visitar Viña del Mar. Es un destino muy diferente a su vecina Valparaíso, así que por eso creo que merece la pena descubrir ambas y ver estas dos versiones de ciudad costera. ¡Ya me contarás cuál te gusta más!
Este post pertenece a la guía para viajar sola a Chile
Viajera y fundadora de Quiero Viajar Sola. Desde que comencé a viajar sola en 2016 siempre tuve una inquietud: motivar a otras mujeres a viajar solas. Para ello, decidí crear este blog en 2018, en el que te cuento todos los viajes que he realizado en solitario en estos 9 años como viajera independiente y te doy consejos para que puedas organizar tu viaje por libre y disfrutar recorriendo el mundo en solitario.
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