Seguro que has oído hablar mil veces de Hollywood, de Beverly Hills, de Santa Mónica o de Venice Beach, pero ¿sabías que Los Ángeles también tiene su parte colonial? Está en el Downtown y es el origen de la ciudad. A mí me encantó cuando lo visité en mi viaje por California, así que hoy te cuento qué ver en El Pueblo de Los Ángeles, un rincón precioso que te hará viajar en el tiempo en una de las ciudades más grandes y ajetreadas de los Estados Unidos.

Historia del Pueblo de Los Ángeles
El origen de la actual ciudad de Los Ángeles se remonta al 4 de septiembre de 1781, cuando un grupo de 44 colonos enviados por las autoridades españolas fundó el asentamiento con el largo nombre de El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de Porciúncula. Estos pobladores, conocidos como Los Pobladores, no eran únicamente de origen europeo, sino que representaban una mezcla diversa de raíces españolas, indígenas, africanas y mestizas. Esta diversidad marcaría desde el inicio el carácter multicultural de la ciudad.
Durante la época colonial española, el pueblo cumplía una función estratégica: asegurar la presencia de la Corona en la región y servir como apoyo agrícola y de abastecimiento para la cercana misión franciscana de San Gabriel Arcángel. Con el tiempo, el asentamiento creció alrededor de una plaza central —hoy conocida como Plaza de Los Ángeles— siguiendo el modelo urbano típico de los pueblos coloniales de Nueva España.
Tras la independencia de México en 1821, el territorio de California pasó a formar parte de la nueva nación, y el pueblo mantuvo su importancia como centro administrativo y agrícola. Fue entonces cuando se construyeron algunos de los edificios históricos que todavía se conservan, como la Iglesia de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles, inaugurada en 1822.
El destino del lugar cambió en 1848, con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, por el cual México cedió California a Estados Unidos. A partir de ese momento, Los Ángeles comenzó a transformarse rápidamente bajo la influencia estadounidense, aunque la herencia hispana y mexicana permaneció muy presente en la vida cotidiana del pueblo.
A finales del siglo XIX, el antiguo asentamiento colonial había quedado en segundo plano frente al crecimiento moderno de la ciudad, y muchas de sus construcciones se deterioraron. Sin embargo, en el siglo XX se inició un movimiento para conservar este espacio histórico. En 1930, la apertura de Olvera Street como un mercado de carácter mexicano impulsó la revitalización de la zona y atrajo a visitantes interesados en conocer las raíces latinas de Los Ángeles.
Hoy en día, El Pueblo de Los Ángeles Historical Monument se conserva como un conjunto histórico donde conviven museos, edificios originales del siglo XIX y un ambiente cultural que recuerda el origen multicultural de la ciudad más poblada de California.
Qué ver en El Pueblo de Los Ángeles
Gracias a que se han conservado parte de los edificios históricos de la zona, hoy es posible dar un paseo y conocer un pedacito de la historia de Los Ángeles. Aquí hay espacio para la cultura, la historia, la religión, el arte y la gastronomía, así que toma nota de los lugares que te comento a continuación para pasar una mañana o una tarde viajando atrás en el tiempo.
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Los Ángeles Plaza Park
Para comenzar a explorar esta zona, nada mejor que hacerlo en la plaza principal del pueblo, que es el centro simbólico donde nació la ciudad de Los Ángeles. Se trata de una plaza de estilo colonial español que fue el eje en torno al cual se organizó el asentamiento fundado en 1781. Como en muchos pueblos de la Nueva España, la plaza cumplía un papel esencial: era el punto de reunión social, escenario de celebraciones comunitarias y espacio donde se erigían los principales edificios civiles y religiosos (te lo mencionaré a lo largo del post).
A lo largo de los siglos, la plaza fue testigo de las distintas etapas históricas de la ciudad: primero bajo dominio español, después mexicano y, finalmente, estadounidense. En el centro de la plaza se levanta un quiosco rodeado de palmeras y jardines. Allí también se encuentra un monumento a los fundadores de la ciudad, en honor a los 44 pobladores que establecieron el pueblo en 1781.

Olvera Street
La calle Olvera es la más pintoresca del Pueblo de Los Ángeles. Esta calle peatonal adoquinada está llena de color, música y aromas que te transportan directamente a México. Fue inaugurada en 1930 como parte de un proyecto de revitalización de la zona histórica y, desde entonces, se ha convertido en uno de los rincones más visitados de la ciudad.
Pasear por Olvera Street es como dar un salto atrás en el tiempo. Por toda la calle encontrarás tiendas de artesanías que venden sombreros, sarapes, guitarras, muñecas y recuerdos tradicionales. Los restaurantes, muchos de ellos con terrazas y patios, ofrecen especialidades típicas de la gastronomía mexicana, como tacos, tamales, enchiladas y aguas frescas. El ambiente se completa con música en vivo, mariachis y espectáculos de danza folklórica que recuerdan sus raíces culturales. Además, a lo largo del año, la calle se llena de vida con festivales como el Día de los Muertos, con altares coloridos y desfiles, o las Posadas Navideñas, que recrean las celebraciones mexicanas.

Ávila Adobe
En la misma calle Olvera se sitúa la casa Ávila Adobe, la casa más antigua que se conserva en Los Ángeles. Fue construida en 1818 por Francisco José Ávila, un rico hacendado que llegó a ser alcalde de la ciudad cuando aún pertenecía al virreinato de Nueva España.
El edificio fue levantado con adobe, un material compuesto de barro y paja secado al sol que era muy utilizado en California durante el período español y mexicano. Sus gruesos muros servían para mantener una temperatura agradable tanto en verano como en invierno, mientras que el diseño sencillo, con un gran patio central y habitaciones conectadas, reflejaba el estilo de vida de las familias acomodadas de la época.
La casa estuvo habitada por la familia Ávila y posteriormente por otros residentes, hasta que en el siglo XIX sufrió daños considerables, en especial tras el terremoto de 1870. Durante décadas estuvo abandonada y en ruinas, hasta que fue rescatada en el siglo XX gracias a los esfuerzos de preservación de la activista Christine Sterling, quien también impulsó la creación de Olvera Street como mercado cultural.
Hoy en día, Ávila Adobe funciona como un museo gratuito abierto al público. En su interior se pueden ver muebles y objetos de época que recrean cómo era la vida en Los Ángeles en la primera mitad del siglo XIX.

Sepúlveda House
Otro edificio importante en la calle Olvera es la Casa Sepúlveda. Fue levantada en 1887 por Ignacio Sepúlveda, miembro de una de las familias californianas más influyentes de la época, justo en un momento en que la ciudad experimentaba un gran crecimiento económico y poblacional tras la llegada del ferrocarril y la fiebre inmobiliaria.
A diferencia de la cercana Ávila Adobe, construida con adobe y en estilo colonial, Sepúlveda House refleja el gusto arquitectónico de finales del siglo XIX, con elementos victorianos como techos altos, grandes ventanales y una fachada más ornamentada. Este contraste muestra la transición de Los Ángeles: de un pequeño pueblo colonial con herencia española y mexicana, a una ciudad moderna cada vez más influenciada por el estilo de vida estadounidense.
Con el paso de los años, el edificio tuvo diferentes usos. Funcionó como tienda, pensión y hasta como lugar de entretenimiento. Actualmente, la Casa Sepúlveda está restaurada y abierta al público como parte del conjunto histórico de El Pueblo. En su interior se exhiben objetos y recreaciones que ayudan a comprender cómo era la vida cotidiana en Los Ángeles en plena transición hacia la modernidad. También se utiliza como espacio cultural, con exposiciones y actividades relacionadas con la historia de la ciudad.
Mural «La bendición de los animales»
Volviendo a la plaza, junto a la iglesia metodista y en el edificio del Instituto Cultural Mexicano de Los Ángeles, puedes ver un mural muy relacionado con la cultura hispánica. Se llama «The Blessing of the Animals» («La Bendición de los Animales») y fue pintado en 1974 por Leo Politi, un reconocido artista italoamericano que vivió gran parte de su vida en Los Ángeles y dedicó muchas de sus obras a retratar escenas de la vida multicultural de la ciudad.
El mural representa la tradicional bendición de los animales que se celebra cada año en La Placita Church el Sábado de Gloria. En esta festividad, familias de la comunidad acuden con sus mascotas —perros, gatos, pájaros e incluso animales de granja como caballos o cabras— para recibir una bendición especial. La ceremonia tiene raíces en las costumbres religiosas de México.

Iglesia de Nuestra Señora de Los Ángeles
Y ya que la mencionamos, también en la plaza se ubica la Iglesia de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles, más conocida como La Placita Church. Es el templo católico más antiguo en funcionamiento de Los Ángeles y fue inaugurado en 1822, sobre el terreno donde previamente existía una capilla fundada en 1784, apenas tres años después de la creación del pueblo.
Su construcción fue financiada en parte por pobladores locales y se convirtió rápidamente en el corazón espiritual de la comunidad. Desde sus orígenes, La Placita ha sido un espacio de encuentro no solo religioso, sino también social y cultural, donde generaciones de angelinos han celebrado bautizos, bodas y fiestas patronales.
La iglesia está construida en estilo colonial, con gruesos muros de adobe que le daban solidez frente a terremotos y al clima californiano. A lo largo del tiempo, el edificio ha sido restaurado en varias ocasiones, pero aún conserva su carácter histórico.

LA Plaza de Cultura y Artes
Junto a la iglesia se ubica el centro cultural LA Plaza de Cultura y Artes. Fue inaugurado en 2011 y su objetivo es destacar y preservar la historia, el arte y la cultura de los latinos en Los Ángeles y en todo Estados Unidos. El complejo ocupa dos edificios históricos del siglo XIX —la Vickrey-Brunswig Building y el Plaza House— que fueron cuidadosamente restaurados para albergar salas de exposiciones, talleres y espacios educativos. En su interior se presentan muestras permanentes y temporales que abordan desde los orígenes coloniales de Los Ángeles hasta las expresiones artísticas y sociales contemporáneas de la comunidad chicana y latina.
Además, cuenta con un jardín al aire libre que suele ser escenario de eventos culturales, ferias gastronómicas y celebraciones tradicionales, así como un espacio de reivindicación. Allí me encontré por ejemplo un trozo del muro de Berlín con una inscripción hecha por los berlineses dedicada a Trump y titulada «Muro contra muros», en relación al muro que construye en la frontera sur del país para evitar la inmigración.

Pico House
Completa la plaza del pueblo la Casa Pico, un edificio de tres plantas que fue mandado construir en 1870 por Pío Pico, el último gobernador mexicano de California antes de la anexión a Estados Unidos. Con su levantamiento, Pico quiso dejar huella en la historia de Los Ángeles y dotar a la ciudad de un establecimiento moderno y de prestigio.
En su momento, la Pico House fue considerado el primer hotel de lujo de Los Ángeles. Contaba con unas 80 habitaciones, amplios salones, restaurante y patio interior, lo que lo convertía en un alojamiento de gran categoría para la época. Su estilo arquitectónico, con influencia italiana, destacaba frente a las construcciones más modestas de adobe que aún predominaban en la ciudad.
La inauguración del hotel coincidió con una etapa de gran crecimiento económico impulsado por el ferrocarril y la llegada de nuevos residentes. Sin embargo, el auge no duró mucho. En la década de 1880, el desarrollo de otras zonas de la ciudad desplazó el centro de actividad hacia el sur, y la Pico House fue perdiendo relevancia. Finalmente cerró sus puertas como hotel y pasó a tener diferentes usos, hasta que en el siglo XX fue rescatada como parte del conjunto histórico del Pueblo de Los Ángeles. Hoy en día, la Pico House está restaurada y, aunque ya no funciona como hotel, se utiliza como espacio cultural y de exposiciones temporales.

Museo Chino-Americano
Muy cerca de la Casa Pico está el Museo Chino Americano (Chinese American Museum), que en este caso ya no tiene relación con la comunidad hispana que se asentó en este lugar. Está ubicado en el edificio Garnier, una construcción de 1890 que fue durante mucho tiempo un centro neurálgico de la comunidad china en la ciudad. Este museo es especialmente significativo porque rinde homenaje a la historia y aportes de los inmigrantes chinos, quienes jugaron un papel fundamental en el desarrollo de California y de Los Ángeles.
El museo abrió sus puertas en 2003 y sus exposiciones permanentes muestran la vida de los primeros inmigrantes que llegaron en el siglo XIX para trabajar en la agricultura, la minería y la construcción del ferrocarril, así como los desafíos que enfrentaron por las políticas discriminatorias, como la Ley de Exclusión China de 1882.
Además de las exhibiciones históricas, el museo ofrece muestras de arte contemporáneo que reflejan la identidad y la creatividad de artistas chino-americanos actuales. También organiza programas educativos, conferencias y actividades comunitarias que fortalecen el entendimiento intercultural en Los Ángeles.
Museo Italo-Americano
En esta línea, también existe un Museo Italo Americano -Italian American Museum of Los Angeles (IAMLA). Está ubicado en el histórico edificio Italiano Hall, construido en 1908, que durante décadas fue un importante punto de encuentro para la comunidad italiana en la ciudad.
Este museo abrió sus puertas en 2016 con la misión de preservar y dar a conocer la historia de los inmigrantes italianos en el sur de California, así como su impacto en la vida económica, social y cultural de Los Ángeles. En sus salas se pueden encontrar objetos, fotografías y documentos que narran la llegada de los primeros inmigrantes italianos a mediados del siglo XIX, su participación en el desarrollo agrícola y comercial de la región, así como sus tradiciones familiares y religiosas. También aborda temas como la discriminación que sufrieron en sus primeros años y el papel de los italoamericanos en la política, la gastronomía, el cine y otros ámbitos culturales de Los Ángeles.
Además de su función museística, el IAMLA organiza eventos culturales y gastronómicos, entre los que destaca la Festa Italiana, un festival anual con música, comida y actividades para conmemorar la herencia italiana en la ciudad.
Cómo llegar al Pueblo de Los Ángeles
El Pueblo de Los Ángeles Historical Monument se encuentra en el Downtown de la ciudad, justo frente a Union Station, la principal estación de trenes y autobuses de Los Ángeles. Gracias a esta ubicación, llegar es bastante sencillo tanto si te mueves en transporte público como si lo haces en coche.
La manera más cómoda para quienes vienen desde otras zonas del área metropolitana es tomar el Metro de Los Ángeles. Varias líneas (la Red Line, Purple Line, Gold Line y Silver Line) conectan con Union Station, desde donde basta caminar unos pocos minutos hasta la Plaza y Olvera Street. También llegan numerosas líneas de autobús, por lo que el transporte público es una opción muy práctica para evitar el tráfico y los problemas de estacionamiento.
En caso de moverte en coche, el acceso es sencillo desde las autopistas US-101 y I-10, que conectan con el centro de Los Ángeles. En los alrededores de El Pueblo hay varios estacionamientos públicos de pago donde dejar el vehículo, aunque conviene tener en cuenta que las tarifas suelen ser elevadas y que el tráfico en el Downtown puede ser pesado en horas punta.

Dónde dormir en El Pueblo de Los Ángeles
Aunque dentro de El Pueblo de Los Ángeles Historical Monument no encontrarás alojamientos, si mal no recuerdo, la ventaja es que está ubicado en pleno Downtown de Los Ángeles, una de las zonas con mayor oferta hotelera de la ciudad. Así lo hice yo, quedándome en el Freehand LA, un hotel-hostel ubicado dentro del histórico Commercial Exchange Building, un edificio de 1924 restaurado.
Estuve en habitación compartida femenina con baño en la habitación y está bien, aunque las habitaciones son algo reducidas. Lo más llamativo es la azotea, donde hay una piscina y un rooftop bar con una vistas chulísimas de los rascacielos alrededor.
Como ves, hay bastantes cosas que visitar en El Pueblo de Los Ángeles. Es una zona muy tranquila, bonita y única, así que te recomiendo mucho que vayas a visitarla. A mí me encantó y estoy segura de que a ti también te va a gustar.
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Este post pertenece a las guías para viajar sola a California y viajar sola a Estados Unidos
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